El síndrome del no-novio

Conozco parejas que llevan juntos desde la niñez. Son parejas que conocen todo del otro, porque se han visto crecer. Saben que su pareja pasó por una época de acné, que toma pastillas para no quedarse calvo, que le gusta dormir con calcetines o que no sabe ir al baño sin llevarse una revista consigo.

Por otro lado, hay gente como yo. Corazones que ya pueden decir que se han enamorado más de 3 veces y que todas ellas, pensaba que el que estaba a su lado, era el definitivo. Tras varios batacazos sentimentales, y esforzarme en apreder todas esas manías, gustos de dudoso gusto y sufrir amigas demasiado confidentes… he sentenciado que ahora no estoy dispuesta a llenar mi cabeza de más mierda de gente que luego, simplemente, se va.

Yo soy una persona que necesita amor y cariño. No es que no sepa estar sola, sólo que me gusta tener la compañia de alguien que aprecie mi bi-polaridad intrínseca. Asi que he decidido, que en lugar de buscar insaciablemente a mi media naranja (un novio), me he decantado por buscarme un granizado de limón más resfrecante (un no-novio).

Mi granizado refrescante es un amigo de hace tiempo. Lo conocí en una discoteca y desde entonces, compartimos sueños inalcanzables y paseos llenos de sus rasgueos de guitarra y mi desgañitada voz. Tras varios años conociéndonos, decidimos una noche de mojitos, que si él estaba sólo y yo también, por qué no combinar nuestras soledades y crear una relación de «no-novios».

Características de la relación no-novio:

-Es una persona conocida o que aparece de repente en tu vida, pero con la que tienes confianza.

–Te gusta y le gustas, pero no lo suficiente como para enamoraos.

–Os divertís juntos, ya que no hay esa tensión de «pensará que soy idiota si hago esto» o «seguro que lo que he dicho le parece una tontería»: él sabe que no acabará contigo y tu también, asi que la libertad de expresión es infinita.

-Cada uno está en su casa: por lo que te evitas tener que aguantar sus manías, recoger su ropa, escuchar u oler ruídos inmundos, ni ver el partido de fútbol de turno. Sigues siendo la Reina de la Casa y el mando de la tele continúa siendo tu cetro.

-El contacto diario no es obligatorio (llamadas, whatsApp…) así cuando os véis, hay un montón de temas de conversación.

-Los encuentros carnales son mucho más apasionados y si hay un día que no te apetece, él lo tiene que entender, porque realmente no tenéis «nada».

-No tienes que caerle bien a sus amigos ni conocer a su familia. Si queréis, podéis crear un universo en el que sólo existáis él y tú.

Sin embargo, si no se establecen unas fronteras en el momento uno, puede ser que surjan problemas que acaben con esa idílica relación:

Problemas del no-novio

–Que te enamores de él: conocer a alguien con el que tienes tanta confianza y eso de que el roce hace el cariño, pueden hacer aflorar sentimientos que, por contrato, no deberías sentir.

-Que él se enamore de ti: en estas relaciones, tendemos a estar mucho menos cohibidas y a mostrar a nuestro «no-novio» todas esas facetas de locura y desenfreno que en una cita real se reducirían a modismos.

-Que te cierre puertas de conocer gente nueva, porque siempre te ven con él: tú sabes que es tu no-novio, pero el resto del público no tiene por qué saberlo, por lo que si buscas algo verdadero, los nuevos candidatos (los que tengan un mínimo de escrúpulos) pueden rechazar conocerte de una manera más romántica.

-Que conozcas a alguien que merezca la pena y que el no-novio desaparezca totalmente de tu vida y al revés. La relación de no-novios es complicada, dado que compartes tu vida con esa persona, aunque no sea de manera romántica. Desterrarlo de tu vida definitivamente puede doler y provocar que pierdas a uno de tus mejores amigos.

Por tanto, ahora que llega el veranito, cuidado con los «no-novios» buscados y los «novios» repentinos y ¡a disfrutar del granizado!